El DeFi parece enorme, con 160 000 millones de dólares en TVL, pero el capital se concentra en un puñado de protocolos.
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El panorama de las finanzas descentralizadas (DeFi) está experimentando un cambio sísmico que moldea cómo fluye el capital y cómo se consolida el poder de mercado. Aunque el valor total bloqueado se mantiene estable por encima de los 160 mil millones de dólares, es la distribución lo que resulta más intrigante. Una gran parte se concentra en potencias como Aave y Lido, lo que refleja una consolidación en los roles tradicionales de préstamos y staking. Pero hay más de lo que parece: las stablecoins, como Tether, no solo están dominando la cuota de mercado, sino que también actúan como bancos centrales cuasi-formales dentro de DeFi. Esta centralización plantea una pregunta crucial: ¿cómo influirá la dependencia de DeFi en un puñado de protocolos e emisores influyentes en su futuro y podrá sostener este equilibrio tan precario?